Lo mejor de trabajar con hombres es que te reís, aunque no quieras, te reís.
Lo peor es que tu cerebro empieza a funcionar como el de ellos: con doble sentido.
Algunas cosas que ya no digo sin sentirme un ninfómana:
. Al almacenero: Dame una leche, por favor.
. Al kiosquero: Una pajita, por favor.
. Al colectivero: Parada, por favor.
. Al otro pasajero del bondi: ¿No me tocarías el timbre, por favor?
Para cuando terminaste la frase, lo que más bronca te da es haberlo pedido por favor.
Hace 12 años
¡Nunca mejor dicho! GENIA.
ResponderEliminarEstaba pensando que acabo de equivocarme y no sé cómo pedirte que me tires la goma!
ResponderEliminarjajajajajajaa buenisimo!!!!
ResponderEliminar¡Gracias, chicos!
ResponderEliminarY, Pablo, gracias, pero paso. Si sé de alguien, te aviso.